Henos aquí una vez más, para explicar el engranaje de las 3R’s, reducir, reciclar y reutilizar.
Para este punto, resulta muy importante recalcar que este tipo de acciones son cíclicas, lo que quiere decir que no hay un orden específico a seguir ni que forzosamente se deben de hacer todas al mismo tiempo, puedes iniciar de poquito en poquito con lo que más se adapte a tu rutina diaria y posibilidades. Sin embargo, si implementas las tres a tu vida puedes ejercer un mejor cambio al combatir el calentamiento global.
Cuando hablamos de reutilizar, quizás hablamos del paso más sencillo de todos, el que no tiene limitantes aunque sí quizás una ligera mayor inversión de tiempo.
Cómo empezar a reducir, reciclar y reutilizar
Primero debemos estar conscientes de qué es lo que consumimos que desechamos rápidamente. Entre este tipo de cosas está el agua con la que nos bañamos, lavamos la cara por la noche y con la que desinfectamos las verduras, misma que claramente no podremos tomar, pero sí podemos utilizar para jalarle al baño, en el caso de cualquiera de las tres; en el caso de aquella que utilizamos para desinfectar verduras, puede servirnos para remojar los platos que vamos lavando; y la que se tira mientras esperamos a que se caliente el agua para meternos a bañar podemos reutilizarla para lavar la ropa a mano o, igualmente, los platos.
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Cuando comemos frutas o verduras con cáscara o ciertos elementos que usualmente tiramos a la basura, podríamos convertir estos residuos en composta para nuestro jardín o nuestras plantas en maceta. Incluso el café molido de grano que ponemos en la cafetera puede funcionar como fertilizante una vez que el todo el proceso comestible haya pasado, cuando retiramos el filtro, el residuo del polvo de café puedes guardarlo en un tupper y ponerlo en la tierra.
El papel blanco que usamos para anotar cosas del trabajo, la escuela o la lista del super. Una vez que este papel se haya usado, se puede acumular, meter a una licuadora con un poco de agua y reconvertirlo en papel útil, quizás resulte un poco más grueso pero seguro que seguirá siendo útil.
El periódico que lees cada mañana puede ser tu nuevo papel de envoltura para regalos, además de lucir original puedes sentirte bien con el planeta.
La ropa rota que ya no uses y no puedas regalar o vender, puedes recortarla y convertirla en trapos para sacudir o limpiar la casa.
Todos los platos y vasos desechables que das en las fiestas para evitar que la gente rompa los de cerámica o vidrio, puedes lavarlos y terminar por reutilizarlos en otra ocasión.
Si aún no te acostumbras a llevar tupper al super para que te pongan allí el jamón o el queso Oaxaca en el mercadito, las bolsas en las que terminan entregándote este tipo de cosas pueden resultar perfectas bolsas para la basura, orgánica o inorgánica. La que mejor te acomode.
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¿Ves cuántas cosas puedes empezar a cambiar desde hoy mismo sin necesidad de gastar un peso? Antes de tirar cualquier cosa piensa dos veces si te puede funcionar para cualquier otra cosa, lo importante aquí es evitar acumular y comenzar a pensar de manera diferente todo lo que tienes en tu casa. Las botellas de vino pueden servir también como perfecto florero, o cualquier envase largo, quizás los pequeños como tupper, y así consecutivamente.
Deja que esa cabeza llena de creatividad explote de vez en cuando y cambia tu rutina, mejórala, sé un ciudadano consciente y, con ella, tu vida y la de quienes te rodean. Incluyendo la del planeta, el único ser vivo que te rodea en todo momento.